Investigadores del MIT y Harvard buscan medidas para que los usuarios puedan controlar el acceso a los datos personales

Analistas criptógrafos han desarrollado un software llamado Sieve diseñado para ayudar a los usuarios a controlar mejor su información encriptada y poder gestionarla más fácilmente en la cloud.

El concepto de infraestructura Web Sieve tendría una gran repercusión en entornos de del Big Data, dónde recientemente la disputa entre Apple y el FBI ha cuestionado dónde están los límites de lo personal en la Sensibilidad de los datos y los agentes externos.

Con Sive, cualquier usuario podría encriptar su información personal desde su smartphone o smartwatch en la cloud, según ha comentado el MIT oficialmente. Cuando alguna app intente utilizar esa información, como nombre o dirección, enviará una petición al usuario para que lo acepte o no, y si lo hace le dará una clave para descifrarlo.

Esta infraestructura también otorgará la oportunidad de retirar el permiso a la web cambiando todo el cifrado o permitiendo un solo acceso a la información para asegurarse que no sigue empleándola indebidamente.

La idea de Sieve nació hace un año, cuando Frank Wang, doctorado en ciencia de la computación por el MIT, estaba empleando su wearable Fitbit; los casos de mal uso de información sensible procedente de los wearable han llegado incluso a la Comisión Federal de Comercio estadounidense, por lo que la inquietud está bastante generalizada. “no quería que se accediese a toda mi información sin mi permiso, y ahí se me ocurrió”, explica Frank Wang.

Sieve también cambia las normas del juego en el caso del espionaje de datos; si el gobierno pide con una orden oficial la información de un individuo a Facebook o Amazon, las compañías ya no tendrían acceso.

La idea no proviene solo de la pulsera de deporte de Wang, sino de una idea que se está popularizando mucho últimamente: la de los propios usuarios gestionando sus propios datos en vez de los servicios Web. Hay gran desconfianza a la hora de emplear servicios Web por la poca garantía de seguridad que se percibe, y esta sería la garantía que les animase a emplear un servicio.