Cada año se rechazan más del 10% de las transacciones del comercio electrónico
En el caso de los pagos realizados con tarjetas extranjeras se rechazan hasta 1 de cada 4 transacciones
Sipay, empresa especializada en soluciones de pago, ha presentado su informe anual sobre medios de pago donde destaca el alto volumen de operaciones rechazadas.
En total, el promedio de transacciones rechazadas en ecommerce es del 11,4%, correspondiendo un 12,3% a los cinco principales bancos españoles y un 5,5% al resto de entidades desde el punto de vista del adquirente. La situación está más igualada desde el punto de vista del emisor de la tarjeta con la que se realiza el pago, ya que tanto el top 5 de bancos españoles, como el resto, se encuentran en torno al 11% (11,5% y 11,1% respectivamente). En el caso de las tarjetas emitidas por bancos extranjeros, esta cifra se dispara, ya que se rechazan hasta 1 de cada 4 operaciones realizadas en comercio electrónico.
¿Por qué ocurre esto? La biometría y la tokenización son algunas de las innovaciones que ayudan al ecommerce a ofrecer una opción de compra fácil y sencilla. Sin embargo, en ocasiones las transacciones son rechazadas por diversos motivos, desde ausencia de saldo en la tarjeta hasta problemas de conectividad con la entidad.
En relación con el comportamiento de los usuarios, Sipay ha fraccionado el volumen de compra por horas, pudiendo observar así los tramos con mayor tasa de transacciones. En ecommerce se puede ver una tasa lineal en el volumen de transacciones con mayor porcentaje entre las diez de la mañana y la una del mediodía (6%). Sin embargo, en los comercios físicos, el tramo con mayor nivel de transacción es entre las siete (11,5%) y las ocho (10,97%) de la tarde.
fuente del gráfico: Sipay
El informe también apunta a que los consumidores recurren con más frecuencia a utilizar su tarjeta para pagar importes cada vez más bajos, tanto en ecommerce como en comercio físico, reduciendo el importe medio de los tickets por usuario. Desde la pandemia, los comercios se han adaptado a las nuevas formas de consumo y la reducción de uso del efectivo, facilitando que los consumidores puedan pagar con tarjeta prácticamente cualquier importe, sin una cantidad mínima.
